Las frutillas son unas de las frutas más populares, deliciosas y con grandes propiedades nutricionales y la primavera es la estación ideal para disfrutas de éstas y otras frutas frescas. En esta época, el consumo crece exponencialmente y se convierten en las preferidas de los argentinos.
Por su atractivo color rojo intenso, aroma y dulce sabor son muy apreciadas por su versatilidad al integrarse en recetas de batidos, ensaladas y postres.
A pesar de tener grandes beneficios tiene un gran inconveniente: es una fruta muy delicada y si no se la conserva adecuadamente se deteriora con gran rapidez. De todas maneras, es posible mantenerlas frescas y apetecibles si tenemos en cuenta algunos trucos caseros.
¿Cuáles son los beneficios de las frutillas para la salud?
Además de su característico sabor dulce y aroma fresco, las frutillas son una excelente fuente de nutrientes. Este fruto rojo es particularmente rico en vitamina C, superando en algunos casos incluso a los cítricos, lo cual fortalece el sistema inmune, ayuda a prevenir enfermedades respiratorias y favorece la absorción de hierro, esencial para el buen funcionamiento del organismo.
Las frutillas aportan antioxidantes gracias a sus flavonoides, los cuales ayudan a combatir el envejecimiento celular y a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
Para quienes buscan opciones saludables y equilibradas, las frutillas son una gran elección por su bajo índice glucémico, que las convierte en un alimento adecuado para las personas diabéticas. Además, su contenido de fibra mejora la digestión y su aporte de potasio es fundamental para el funcionamiento adecuado del sistema nervioso y muscular.
Trucos para conservar las frutillas frescas
Aunque todos intentamos hacer la mejor compra en la verdulería, hay una serie de pasos que debemos cumplir -a modo de protocolo- para que cuando llegue el momento de servirlas en el plato, nuestras frutillas se puedan lucir. No olvidemos que la comida entra por los ojos.
Para que las frutillas duren más tiempo frescas, es fundamental escoger las que se encuentren en mejor estado. Buscar las frutillas de color rojo intenso y evitar las que tengan zonas verdes, moho o manchas, porque son las que suelen deteriorarse más rápido.
El primer paso sería lavar las frutillas sin quitarles el tallo para que mantengan su frescura y se protejan de bacterias. Luego lo ideal sería sumergirlas durante cinco minutos en un litro de agua con unas gotas de lavandina apta para frutas y después enjuagar con abundante agua.
El método para conservar las frutillas hasta siete días en la heladera
Para una duración máxima en la heladera, lo más importante -que pocos hacen- es evitar la acumulación de humedad. Lo mejor sería secar cada frutilla con una servilleta de papel para eliminarla y evitar la generación de moho u hongos.
Luego colocar las frutillas en un recipiente amplio, preferentemente de vidrio, y forrar el fondo con una servilleta de papel para absorber la humedad. Por último, cubrir el recipiente con papel film y hacerle pequeñas perforaciones para que circule el aire, luego guardarlo en la heladera.